Un data center, o ‘centro de datos’ en español, es una construcción física de gran tamaño donde se albergan los equipos electrónicos necesarios para mantener una red de computadores, lo que significa contar con la energía necesaria, ventilación adecuada y sistemas de seguridad. Este método opera principalmente bajo la modalidad housing, es decir, prestando alojamiento web a grandes empresas, compilando y cuidando su información digital.
Los datacenter presentan una clasificación llamada ANSI/TIA 942, creada en abril de 2005 por la American National Standars Institute. Su propósito es certificar la disponibilidad de los componentes que presentan estas edificaciones, por ejemplo, su tamaño, niveles de redundancia, tiempos de respuesta, entre otras variables. Todo esto se mide en cuatro niveles llamados TIER, mientras mayor sea éste, mayor será su confiabilidad.
Tier 1: está formulado para las pequeñas y medianas empresas. No tiene redundancia en su distribución eléctrica y refrigeración, por lo tanto, el servicio puede sufrir interrupciones planificadas o no planificadas. Su tiempo promedio de implementación es de 3 meses y puede o no tener suelos elevados. Además, para el mantenimiento, será necesario paralizar su actividad. Su disponibilidad es del 99.671%.
Tier 2: corresponde a un data center redundante (N+1), esto es, menos susceptible a interrupciones, ya sean planificadas o no, con una conexión a una línea única de distribución eléctrica y de refrigeración. Su tiempo promedio de implementación es de 3 a 6 meses y cuenta con suelos elevados, generadores auxiliares o UPS. En su mantenimiento aún se requiere la interrupción del servicio. Su disponibilidad es del 99.741%.
Tier 3: está enfocado a compañías que prestan un servicio 24/7 en distintos horarios. Un centro de datos de estas características tiene componentes redundantes (N+1) y están conectados a múltiples líneas de distribución eléctrica y refrigeración, aunque con solo una activa. Lo destacable es que para su mantenimiento no es necesario paralizar el sistema, ya que su capacidad es idónea para entregar el servicio mediante otras líneas. Requiere de 15 a 20 meses para su implementación y tiene una disponibilidad del 99.982%
Tier 4: está enfocado a empresas con una presencia mundial, por ejemplo, bancos y multinacionales. Es un data center tolerante a las fallas porque está conectado a variadas líneas de distribución eléctrica y refrigeración. Tiene múltiples componentes redundantes 2 (N+1), esto es, dos líneas de suministro eléctrico de redundancia N+ cada uno. Este sistema permite avanzar en un mantenimiento sin perturbar al servicio de tecnologías críticos y es capaz de afrontar eventos no planificados. La única forma en que pudiese fallar es que se susciten al mismo tiempo un corte de energía y el error de dos o más grupos electrógenos en cada una de las líneas de suministro. Demora hasta 20 meses en implementarse y tiene una disponibilidad del 99.995%.